Una jornada peronista en La Pampa húmeda

Los muchachos peronistas / todos unidos triunfaremos / y como siempre daremos / un grito de corazón: ¡Viva Perón! ¡Viva Perón! / Por ese gran argentino / que se supo conquistar / a la gran masa del pueblo / combatiendo al capital / ¡Perón, Perón, qué grande sos! / ¡Mi general, cuánto valés! / ¡Perón, Perón, gran conductor / sos el primer trabajador!

La Marcha Peronista nos despierta temprano en casa de Joan y Pili. Es un lindo domingo primaveral. Nos vamos a Junín, una ciudad bonaerense de 90.000 habitantes, situada a 260 km de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en La Pampa húmeda, reino de la soja y de la vaca. Lo que para nosotros sería una locura aquí es casi una rutina, hacer tantísimos kilómetros de ida y vuelta en un mismo día para disfrutar por ejemplo de un asado entre familiares y amigos. Pero las nueve horas que hicimos de coche entre autopistas y carreteras nacionales de doble sentido muy transitadas por camiones, con sus respectivos atascos y donde la norma es el “todo vale” merecieron la pena.

Se trataba de un asado al que asistieron unas 300 personas, organizado por los jóvenes de La Cámpora de Junín, al cual fuimos invitados por Rocío, una diputada de la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires. El recibimiento por parte de los allí presentes fue extraordinario. Eran jóvenes implicados en la política de Junín, miembros del Partido Justicialista y de La Cámpora, todos alineados en el Frente para la Victoria, fieles seguidores de Perón, de Evita, de Néstor Kirchner y, por supuesto, de la actual presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner.

La política es difícil de entender en cualquier parte del mundo, sin embargo, tengo la impresión de que en Argentina lo es mucho más. El Peronismo, ¿qué es todo eso del Peronismo? ¿Cómo puede ser que exista un Peronismo de izquierda y otro de derecha? ¿Podemos comprender el Peronismo? Según mi viejo, el Peronismo no se comprende, se siente. Y de eso se trató esta jornada, de sentir un poco el Peronismo. Vimos jóvenes con ansias de justicia social, con discursos que hablan de solidaridad, de ayuda social, de unión de las clases más desfavorecidas con el fin de crear una sociedad más justa. Mostraron vídeos que nos emocionaron sobre los proyectos y las actividades que se llevan a cabo en Junín por parte de la ONG "Pensar Junín", entre otros, en aras de favorecer a los sectores más vulnerables, realizando talleres de todo tipo para pequeños y adultos, por ejemplo de tejido, pintura, creación de proyectos... también dan apoyo escolar gratuito, tienen proyectos de integración social de las personas con discapacidad, proyectos ecológicos de protección del medio ambiente, etc. Asimismo, se hizo mención de la entrega que realizó el gobierno nacional de 10.000 netbooks en Junín (3 millones y pico en toda La Argentina) para los alumnos de primaria de la escuela pública (Programa Conectar Igualdad).

Tras el folclore del encuentro político, los juninenses insistieron en que debíamos conocer la Laguna de Gómez, lugar predilecto de los habitantes de la zona para pasar un domingo caluroso. Nos sorprendió su gran tamaño y la posibilidad que hay de realizar diversas actividades náuticas. Es una laguna por la que pasa el Río Salado, su poca profundidad permite a los bañistas durante los meses de más calor refrescarse los pies dando paseítos con mate en mano y a los niños jugar tranquilos en el aguan sin la angustia de que una ola los revuelque.

Y como despedida de este hermoso día, un último refresco con los chicos en el Jasón, chiringuito simpático del lugar, antes de agarrar la ruta de vuelta a Buenos Aires, en la que nos acompañaba por el Oeste una bonita puesta de sol y por el Este una luna llena embelesadora.